Cultivos de piña, cacao, café y cítricos en esta zona del VRAEM se ven beneficiados con una medición precisa que permite identificar posibles fugas del líquido elemento en su sistema de irrigación. Tecnología podría implementarse también en la costa.
(Agraria.pe) Tecnificar y dotar de modernidad a las zonas productivas del interior del país es uno de los mayores retos para el desarrollo de la agricultura peruana. Pero hay quienes los asumen y acometen emprendimientos con una visión innovadora.
Es el caso del ingeniero agrícola Carlos Paz Cárdenas, quien vio una oportunidad de innovación en el Sistema de Irrigación Pangoa instalado en el marco del Proyecto Especial Pichis Palcazú (distrito de Pangoa, provincia de Satipo, región Junín). Dicha estructura consta de un canal de 5 kilómetros y una red de 71 kilómetros de tubería instalada que funciona con riego a presión y válvulas mecánicas.
El ingeniero Paz explica que su propuesta consistió en una alternativa de medición confiable para evaluar el caudal disponible de agua para los cultivos. Cabe señalar que la zona, ubicada en el VRAEM, tiene alto potencial para el desarrollo de productos como piña, cacao y café.
“Para controlar el caudal y distribución, así como pérdidas de agua en la red, una alternativa era medir el caudal que pasa para por las tuberías. Para ello se usó un caudalímetro ultrasónico que mide el tiempo de dos sensores anclados en las tuberías. El tiempo que demora el ultrasonido en viajar de un lugar a otro sirve para medir el caudal que circula en las tuberías”, explica el especialista, quien agrega que esta tecnología se había utilizado antes para redes industriales y de petróleo, pero nunca, hasta ahora, para redes de abastecimiento con fines de riego. De esta manera se beneficia a 5 mil hectáreas de riego.
Lo más relevante de esta experiencia es que se pueden controlar las pérdidas de un elemento fundamental para la agricultura como el agua, identificando fugas de acuerdo a la medición del caudal. Una segunda ventaja es que permite al agricultor realizar una contabilidad económica de cuánto está usando en sus parcelas.
Carlos Paz refiere que ha conversado con muchos productores para llevar a buen puerto esta experiencia, pues la tecnología utilizada atraviesa unos 8 kilómetros, lo que corresponde a diferentes terrenos de diversos dueños. “Me dieron un apoyo total… en una red amplia se necesitan muchas personas para controlar el caudal. Ellos me brindaron las facilidades del personal para saber si el caudalímetro funciona en campo con la red”, recuerda.
El proyecto ha sido realizado en coordinación con la Universidad Nacional Agraria La Molina y el Proyecto Especial Pichis Palcazú, ente ejecutor del Ministerio de Agricultura y Riego. La universidad apoyó con el presupuesto y la entidad estatal prestó todo el apoyo logístico necesario. En total se ha invertido un promedio de 20 mil soles, lo que representa una auténtica apuesta innovadora, ya que, como observa el especialista, este tipo de investigaciones en el Perú generalmente no cuentan con fondos y mucho menos para desarrollarlas de manera práctica en campo.
Consultado sobre la posibilidad de replicar esta experiencia en otras zonas del país como la costa, Carlos Paz sostiene que es posible trasladar la tecnología ingresando al sistema de calibración las especificaciones técnicas de las tuberías, la calidad del agua y sobre las partículas de suspensión, con lo cual se obtendría un factor de ajuste adaptado a la realidad de esta región.
“Lo que se busca es tener el recurso de agua y controlarlo; ahorrar y cobrar efectivamente por lo que se usa, ni más ni menos”, culmina.
Datos
.El ingeniero Carlos Paz apunta que el sistema de ultrasonido también podría usarse en el sistema de abastecimiento de agua potable.
-Si bien el proyecto ya ha terminado con esta experiencia, el Sistema de Irrigación Pangoa entrará a una segunda etapa donde se desarrollará el riego parcelario, incluyendo riego por goteo y aspersión. Se espera poder participar de esta instancia con un nuevo presupuesto con apoyo del Minagri.