Se necesita triplicar las áreas de palma aceitera para cubrir la actual demanda del mercado nacional, principalmente en los sectores de alimento y energético (biocombustible).
(Agraria.pe) El cultivo de palma aceitera en nuestro país comenzó a dinamizarse en 1991 y a la fecha son alrededor de 30 mil hectáreas de hoja de coca que han sido sustituidas por este producto.
Así lo destacó el gerente general de la Junta Nacional de Palma Aceitera del Perú (Junpalma Perú), Gregorio Sáenz, quien indicó que la palma aceitera ha devuelto la esperanza a los productores, quienes apostaron por el desarrollo alternativo y se han visto fortalecidos por una economía legal.
En ese sentido, dijo que Perú tiene un potencial para desarrollar la palma en áreas que han sido deforestadas. “La coca deforestó y la palma ocupó ese espacio”. Agregó que en la Amazonía peruana existen hoy más de 8 millones de hectáreas deforestadas, mientras que solo hay 86.225 hectáreas de palma sembradas.
“La palma aceitera va a ubicar esos espacios que están deforestados para seguir creciendo, nuestra meta es llegar en los próximos 10 años a 250 mil hectáreas (para cubrir la actual demanda del mercado nacional que asciende a 1.015.509 toneladas); eso significa inyectar en la economía de US$ 175 millones que se mueve ahora a alrededor de US$ 700 millones en los próximos 10 años”, manifestó.
Agregó que el modelo peruano no es como el de Colombia, Ecuador, Indonesia o Malasia, ya que el nuestro involucra a miles de productores -son 7.200 palmicultores y una gran empresa como Grupo Palma- que generan US$ 175 millones al año, y que al generar valor agregado final se multiplica y llega a US$ 500 millones.
“Imagínese cuando lleguemos a los US$ 700 millones en campo, (con el valor agregado se multiplicaría en cerca de US$ 2.000 millones), va generar alrededor del 1% del PBI nacional. Todo eso va a repartirse, estimamos, en 15 mil familias”, comentó.
Demanda insatisfecha
Gregorio Sáenz señaló que la producción nacional de palma aceitera es de 249 mil toneladas, lo cual es muy poco. Refirió que en el 2016 hubo una demanda insatisfecha de 700 mil toneladas de palma aceitera solo entre el sector de alimentos y el de energéticos, por lo que destacó que hay un alto techo para crecer.
“En el sector alimento solo representamos el 30%. Mientras que en el sector energético, gracias al impulso de Devida, el año pasado empezamos las negociaciones con PetroPerú y hemos vendido las primeras mil toneladas de aceite crudo y este año hay otras empresas interesadas, por lo que esperamos que el 2018 venderemos unas 14 mil toneladas de aceite crudo”, aseveró.
Además, observó que la palma aceitera ha tenido 0% de participación en el sector energético, esto porque en Perú los productos importados como el caso del biocombustible de soya ingresan con arancel 0, además de contar con precios subsidiados y precios dumping. “Nos ha costado dos años defender este mercado que es un mercado que nosotros los productores hemos promovido (para reducir las áreas de coca y de esa manera impulsar la economía legal de la Amazonía peruana) y hemos logrado que en el Congreso se apruebe la Ley de la Promoción del Biocombustible (Ley N° 28054)”.
Destacó que el biodiesel importado viene principalmente de Argentina que en el 2014 ocupó el 100% del mercado nacional de biocombustible (antes provenía principalmente de Estados Unidos).
“Luego de dos años, respetando el protocolo de la Organización Mundial de Comercio (OMC), se demostró que el biodiesel importado de Argentina venía con precio subsidiado y precio dumping por lo que se le estableció una medida arancelaria (antidumping) por eso actualmente ese país se ha retirado. Ahora el biocombustible viene de Indonesia que tiene el 51% del mercado. Este país asiático ha entrado porque ahora las condiciones de mercado son adecuadas y pueden competir”, explicó.
En ese sentido, el gerente general de Junpalma Perú dijo que se necesita realizar algunos ajustes en la Ley N° 28054 para que en su reglamento se incorpore una cuota de participación para la producción nacional, “eso nos va permitir tener más dinamismo en el sector”.
En cuanto a la exportación, sostuvo que los pequeños y medianos palmicultores iniciaron los despachos en el 2015 enviando 300 toneladas de aceite crudo de palma y en el 2017 mandaron 5 mil toneladas de aceite crudo, siendo los principales destinos Chile, Colombia, Ecuador, México y Brasil.
Desarrollo se enfoca en la sostenibilidad
Gregorio Sáenz señaló que el desarrollo de la palma aceitera se fundamenta bajo el enfoque de sostenibilidad. “Hoy la palma en el Perú y el mundo también no puede crecer como antes, depredando bosques; somos conscientes de que la sostenibilidad y el cuidado de los bosques es uno de los puntos centrales del desarrollo y así va a ser para llegar a las 250 mil hectáreas que tenemos como meta”.
Para ello, indicó que Junpalma Perú está impulsando la certificación que otorga la Mesa Redonda de Aceite Sostenible (RCTO, por sus siglas en inglés). Se espera que este año Oleaginosas Peruanas S.A (Olpesa) sea la primera empresa con esta certificación, lo cual representa un logro para todos.
Agregó que el año pasado, en la feria Expo Amazónica realizada en San Martín, las organizaciones firmaron una coalición donde se comprometen a desarrollar la palma aceitera con cero deforestación.
“Hoy nos sentimos muy seguro que debemos crecer, como ya dije hay oportunidad en el mercado nacional y en el mercado externo. El palmicultor tiene que mejorar las buenas prácticas agrícolas si quiere ser rentable. Además se debe aplicar la tecnología que ya existe”, finalizó.
Dato
. Además de los sectores de alimentos y energético (biocombustibles) el aceite crudo de palma se puede utilizar como insumo para la elaboración de alimentos de aves, ceras, jabones, pinturas, entre otros.